sábado, 24 de febrero de 2018

El fútbol y la vida

Un minuto, diez segundos, un segundo, una milésima de segundo... Este puede ser el tiempo en el que meses, años, lustros, décadas... queden reducidos a cenizas, se desvanezcan como una mota de polvo agitada por el aire, desaparezcan como la luz del sol en la noche más oscura. ¿De qué estamos hablando? Pues tanto del fútbol como de algo mucho más grande, la vida misma. Pendemos de un hilo haciendo de equilibristas. Sonreímos desde lo alto con gran pesar en nuestro interior, porque sabemos que algún día el hilo se romperá de la manera más inesperada posible. Y en ese momento, el hilo del que está a nuestro lado temblará. En esta entrada os mostraremos la historia que hizo vibrar el hilo de algunos de los jugadores más conocidos en la actualidad, grandes triunfadores en el mundo del fútbol. Fue ese balón el que les ayudó a mantenerse en equilibrio y seguir conquistando metas, honrando así la memoria del equilibrista que antes tenía a su lado.



Luka Modric

9 de septiembre de 1985



Como a millones de croatas, la Guerra de los Balcanes sacudió fuertemente la vida de la familia Modric. Luka Modric nació en Zadar, pero durante su infancia su familia residió de manera habitual en Zaton Obrovacki, un pequeño pueblo del interior del país balcánico. Sin embargo, cuando Luka tenía siete años, unos soldados serbios asesinaron a un grupo de ancianos del pueblo, entre los que se encontraba el abuelo de la familia Modric. A partir de entonces, los padres de Modric y el pequeño genio fueron migrando entre hoteles en los que se alojaban los refugiados de la terrible guerra. Modric fue desarrollando sus increíbles capacidades para jugar al balón. En una gran entrevista, posterior a su explosión en el fútbol, un empleado de uno de esos hoteles en los que se alojó el pequeño Luka dejó una frase para la historia de la familia Modric: "rompía más ventanas con el balón que las bombas serbias". Evidentemente esto no es cierto, pero esta cita deja una cosa clara: las armas no son poderosas, únicamente destructoras; los sueños, sin embargo, no son destructores pero sí poderosos.


Tras la guerra, los Modric se quedaron en Zadar y permitieron que su hijo se desarrollase como un joven prospecto. En el año 2003, el Dinamo de Zagreb confió en el joven y le cedió a un club de la liga bosnia (H.S.K.Zrjinski), donde ganó el premio de mejor jugador de la liga bosnia con  tan solo 18 años. A partir de entonces, la historia del Cruyff de los Balcanes la conocemos todos. Triunfó en el Dinamo de Zagreb, conseguiendo dobles dígitos tanto en goles como en asistencias en su última temporada en su país, la 2007-2008. A partir de la temporada siguiente emprendió su aventura inglesa (previo pago de 20 millones de euros) y se convirtió en un jugador clave del centro del campo del Totenham. Allí formó una gran sociedad con su compatriota Niko Kranjcar. Posteriormente emigró a Madrid, donde juega actualmente a la edad de 32 años, para convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia del Real Madrid, con el que ha conseguido hasta la fecha una liga, una Copa del Rey y tres Champions League, y, en paralelo, erigiéndose como el líder absoluto de la selección de su país, Croacia, pasando a ser considerado como top 4 de la historia del país balcánico, junto a Zvonimir Boban o Davon Suker, Robert Prosinecki y superando a otras leyendas como Sinisa Mijhajlovic o su actual compañero de selección, Ivan Rakitic.

Luka Modric, el Cruyff de los balcanes, el pequeño genio croata cuyos balonazos derrotaron a las bombas de la guerra.
URL del vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=-a7Tpc1NR_A&t=184s





Jakub Blaszczykowski

14 de diciembre de 1985 



Jakub Blaszcz... bueno dejemos el apellido y refirámonos a él por su apodo, Kuba, es uno de esos currantes del fútbol que, sin hacer mucho ruido, poco a poco van llegando a la élite del fútbol, en este caso, con uno de los mejores Borussia Dortmund de la historia, el que conquistó dos ligas consecutivas ante el todopoderoso Bayern de Múnich y llegó a la final de la Liga de Campeones, que perdió ante su rival bávaro. Todo ello de la mano de Klopp y el trío Reus, Gotze y Lewandowski. En ese equipo también era titular Kuba, que ahora ya se encuentra en la recta final de su carrera, aunque aún a buen nivel en el Wolfsburgo. Conozcamos la historia de Kuba.


Blaszczykowski nació en un pequeño pueblo llamado Truskolasy. De pequeño, como todo chaval que pretende convertirse en una gran estrella, tuvo que trabajar más que nadie. Pero su vida cambió radicalmente a los once años: su padre, Zygmunt, apuñaló a su madre, Anna, hasta asesinarla. Todo ello en presencia de Jakub. En cinco minutos, Kuba había perdido a las dos personas más importantes de su vida, aunque de diferente manera: su padre no había muerto físicamente, pero desaparecería para siempre del corazón guerrero de Kuba; por otro lado, su madre no volvería a estar con él jamás, pero siempre permanecería en su corazón. Durante cinco días completos, Kuba no salió de su cama ni habló a nadie. En ese momento apareció el gran apoyo durante su adolescencia, su tío Jerzy Brzeczek, exjugador del combinado nacional polaco, que ayudó a que la pasión por el fútbol recobrase vida dentro de Jakub. Jakub y su hermano Dawid se mudaron con su abuela, que ejerció de madre.


El 20 de marzo de 2005, a los 19 años, Jakub Blaszczykowski debutó profesionalmente con el Wisla Cracovia, uno de los grandes clubes de Polonia. En ello tuvo mucha culpa su tío, que siempre creyó en Kuba.

Dos años después fichó por el Borussia Dortmund, donde se consolidó como un hombre importante con el técnico Jürgen Klopp.
Durante la Eurocopa que albergó su país, en 2012, él fue el capitán de su selección y con esa responsabilidad rompió el silencio sobre su triste historia. Además, fue el escenario para un momento que permanecerá para siempre en el corazón de toda la familia de Kuba:  el 12 de junio marcó al minuto 57 el gol con el que empataron contra Rusia. Fue el momento más feliz de su vida. Con lágrimas y con las rodillas apoyadas sobre el césped, Jakub alzó las manos, sus dedos apuntaron al cielo y su mente y corazón recordaron a Anna, su madre para siempre. En cuanto a su padre, nunca supo más de él hasta su muerte, en 2011, entierro al que acudió Kuba. 

Kuba, el hombre que se forjó en una pesadilla, el niño que perdió todo el amor en 1 minuto y que gracias a su corazón guerrero polaco pudo salir de las tinieblas y hacer que su madre se sienta eternamente orgullosa de su hermano y, por supuesto, de su pequeño Kuba.



Mario Balotelli

12 de agosto de 1990





Para conocer los motivos del carácter extravagante e indomable de Mario Balotelli es necesario conocer su historia, una vida repleta de dificultades en la que el fútbol fue su única vía de escape. 

Mario Balotelli nació el 12 de agosto del año 1990 en Palermo (Italia). Sus padres, Rose y Thomas Barwuah, inmigrantes ghaneses inmigraron a Italia en busca de un futuro mejor, que no lograron encontrar para Mario. Balotelli es el segundo de cuatro hermanos. A los dos años de edad, y tras una dura enfermedad intestinal padecida por Balotelli desde su nacimiento, los Barwuah decidieron solicitar ayuda a los servicios sociales. Una casa en la que vivían 20 inmigrantes más y unas condiciones de salubridad paupérrimas hicieron que el Tribunal de Brescia, ciudad a la que se trasladaron los padres de Balotelli en busca de trabajo, encomendase su custodia a una familia italiana: Francesco y Silvia Balotelli. Balotelli cambió su apellido y adquirió la nacionalidad italiana a los 18 años.

Mario Balotelli se traslado hasta Concesio, un pueblo a cuatro kilómetros de Brescia, al norte de Italia. Balotelli siguió la práctica del fútbol, esta vez fuera de las calles de los barrios de inmigrantes de Brescia. Al principio, ‘Super Mario’, como le apodaron desde niño, mantuvo una relación continua con sus padres biológicos, que se fue difuminando con el paso del tiempo.  

Mario Balotelli debutó como profesional con 15 años, en el Padova, un club de la tercera división italiana. Sólo dos años después, en el verano de 2007, debutaba con el Inter de Milán, que apostó fuerte por él aumentando las ofertas que habían presentado clubes como el Manchester United o el F.C. Barcelona, club en el que estuvo a prueba durante una semana en el equipo cadete en la que le dio tiempo a anotar ocho tantos.
Tras el debut de Mario Balotelli con el Inter de Milán sus portentosas cualidades pasaron a un segundo plano y los escándalos dentro y fuera del campo agotaron la paciencia de los directivos del club neroazurro. En el verano de 2010 el Manchester City puso encima de la mesa 30 millones de euros para llevarse al delantero hasta tierras inglesas, donde estuvo tres temporadas. Después, pasó por equipos como el Milán y el Liverpool y actualmente se encuentra en Francia, en el Niza.

Mario Balotelli, un hombre cuya vida le ha convertido en un alma fuerte y un ejemplo de superación.

URL del vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=V5cfaZm331g






Juan Guillermo Cuadrado

 26 de mayo de 1988





La historia de Cuadrado es como la de muchos niños que han tenido que padecer las consecuencias del conflicto armado en Colombia. Cuadrado, cada vez que en su barrio Necoclí escuchaba un disparo corría de inmediato y se metía debajo de su cama.
En 1992 la región de Urabá Antioqueño era disputada por la guerrilla de las Farc y los Grupos de Autodefensa, muchos de ellos pagados por bananeras extranjeras. Los sindicatos y los trabajadores eran los objetivos principales de estos escuadrones de la muerte. Un día de junio el pequeño volvió a escuchar el zumbido de las balas. Corrió hasta la cama, se metió debajo y esperó. El llanto de su madre, Marcela Bello, lo hizo salir del escondite. Caminó hasta la puerta y entonces vio a Guillermo Cuadrado tendido en el piso y a su alrededor las cajas de gaseosas que él repartía, las cuales se regaban en el suelo polvoriento confundiéndose con la sangre. Juan Guillermo tenía sólo cuatro años.
Después de la trágica muerte de su padre, su madre Marcela hizo todo el sacrificio que pudo para que el pequeño Juan Guillermo Cuadrado se encaminara en el fútbol. Así, doña Marcela lo inscribió en la escuela de fútbol Mingo de Necoclí.
La mensualidad en la escuela de fútbol era de ocho mil pesos y para ello, doña Marcela tuvo que dedicarse al duro trabajo de lavar y empaquetar plátanos en Apartadó.
Pero el camino no fue fácil y es allí donde Marcela fue fundamental en el rotundo éxito que hoy tiene Juan Guillermo. La gente pensará que hay que estar muy loco para dejar ir a un hijo de casa con tan sólo 11 años para estar pendiente de un balón, sin embargo, así fue. En Necoclí Juan Guillermo solo veía a su madre los fines de semana.

Juan Guillermo pese a todo seguía estudiando, ya que esta era la condición para poder ir a entrenar, por lo que nunca descuidó los estudios, ni siquiera cuando se fue a vivir solo a Cali, a la edad de 12 años.
Cuando Juan  Guillermo cumplió 13 años, era sin duda, toda una promesa para el fútbol, sin embargo, apenas medía un metro treinta, lo que se convirtió en un problema. Por entonces jugaba en Mancheser City de Apartadó, donde llegaron ojeadores del River Plate de Argentina.
Sin embargo, pese a su problema de estatura, cuando tenía 15 años, el ex futbolista Nelson Gallego se lo llevó al Deportivo Independiente Medellín, donde le dieron hormonas para su crecimiento, y al cabo de dos temporadas se convirtió en uno de los mejores laterales del país.
A los 22 años empezó a jugar en Italia, lo que le permitió que su madre se trasladase a Italia y que él se encargase de que no volviese a trabajar y de que no le faltase nada, como agradecimiento por haberle sacado adelante pese a la pérdida de su padre.

Juan Guillermo Cuadrado, el niño que absorbió el alma de su padre para ser más fuerte y conseguir juntos cumplir un sueño, un sueño eterno.

URL del vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=lh9im76z558.



Victor Moses


 12 de diciembre de 1990




Sus padres fueron asesinados en medio de un conflicto religioso en Nigeria. Él se vio obligado a irse de su país con tan solo 11 años, recaló en Inglaterra y hoy destaca en la élite con el Chelsea. Bueno comencemos desde el principio.
Lo cierto es que Moses se crío en su país natal, y no tenía para nada una vida necesitada, sino que pertenecía a la clase alta.
Su padre era ministro cristiano de la ciudad de Kudana, lugar en donde creció, y a la familia no le faltaba de nada. Jugar al fútbol en la calle con sus amigos era su gran pasión. Sin embargo, todo cambió de un momento a otro para Victor. 
Era una tarde de 2002, solo tenía 11 años, y como siempre hacía, se encontraba jugando al fútbol en las calles cercanas a su casa, cuando su tío fue a buscarle para llevárselo. El gobierno decretaba la ley islámica de cumplimiento obligatorio, y todo cambiaba en Nigeria.
Los conflictos entre los que se adaptaban a dichas reglas y los que no comenzaron a iniciarse. Todo desembocó en violencia y sangre al tiempo de que los padres de Victor eran uno de los objetivos de los islámicos, los cuales se enfrentaban a los cristianos. Esa tarde en la que su tío pasó a buscarlo, era para contarle una horrorosa noticia: sus padres habían sido asesinados, y él debía escapar del país para no correr el mismo destino.

Durante un tiempo en el cual la situación nacional era caótica, Moses fue protegido y escondido por unos días y poco después, fue enviado a Inglaterra, donde lo acogió una familia que lo protegió y se hizo cargo de él. 
En tierras europeas, empezó a estudiar y a darle forma a su futura carrera futbolística. Allí, empezó a jugar en la Tandride League local, donde fueron los ojeadores del Crystal Palace, los cuales se alucinaron con su talento y le propusieron formar parte de la academia de juveniles, Moses aceptó.
Después de unos años, se unió a las divisiones inferiores del Crystal Palace. Se caracterizaba por ser un chico que no hablaba y parecía un extraño entre los demás debido a lo que le había pasado. Pero aún así Moses demostró su calidad: anotó 50 goles en el Sub 14. Tiempo después, Moses decidió contarles a sus compañeros la trágica historia de la que su familia había sido protagonista y poco después debutó con el Palace. Fue en 2007, exactamente el 6 de noviembre en Championship –segunda división- ante el Cardiff City galés y acabó renovando por cuatro años.
Su tercera campaña arrancó de la mejor manera, y 5 goles en 8 partidos bastaron para atraer la atención del Wigan (jugaba en Primera), que se lo llevó en el último día de mercado de enero de 2010 y el 6 de febrero, debutó en la Premier League y poco a poco se convirtió en un jugador ilusionante.
En su segunda temporada fue al igual que en el Crystal, decepcionante. Las lesiones lo atormentaron, pero acabó siendo muy importante en el juego del equipo, ya que se convirtió en un jugador clave para evitar el descenso. 
Eso le valió para que el Chelsea se fijase en él y lo contratase, tras varias ofertas truncadas por el Wigan, que no quería desprenderse de su joven estrella. Al club presidido por Roman Abramovich le costó 9,5 millones de libras su ficha, y ante tantas figuras por delante, no pudo obtener un lugar en el equipo titular. Tras cesiones al Liverpool, Stoke City y West Ham, Moses regresó al Chelsea en 2016 y el italiano Antonio Conte le encontró un lugar en su once inicial. Como carrilero por derecha en el 3-4-3.

Victor Moses, el chico que triunfó en la vida superando el fallecimiento de su familia.


URL del vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=W0wIVX7OKF8.




Jermain Defoe

7 de octubre de 1982




No todas las historias que os vamos a contar están impregnadas de odio, rabia y violencia. Jermain Defoe, uno de los goleadores más prolíficos de la liga inglesa en los últimos años, nos dio a todos un ejemplo de humildad y bondad acompañando al pequeño Bradley Lowery, su mayor fan, en sus últimos meses de vida. Volvamos al principio.
El veterano futbolista inglés y el pequeño fanático del Sunderland, que falleció a causa de un cáncer terminal, tuvieron una amistad que dejó una lección de humanidad para todo el mundo.
El rendimiento de Jermain Defoe había comenzado a mermar a partir de 2012, año en el que murió su padre Jimmy, que falleció tras una larga batalla contra el cáncer de garganta. Aquella perdida, que le pilló por sorpresa en plena Eurocopa, supuso que le costase mucho recuperarse emocionalmente.
Tres años después, Jermain Defoe volvió a vestir la camiseta de la selección de Inglaterra. Abrió el marcador en el triunfo 2-0 ante Lituania por Eliminatorias. A los 34 años, otra vez se mostraba en plenitud. Parte de su resurrección deportiva fue gracias a que el destino lo cruzó con Bradley Lowery, un niño de 6 años enfermo de cáncer con que el forjó una hermosa amistad. La lucha del pequeño Bradley inspiró notablemente a Defoe, quien aquella tarde salió al césped de Wembley tomado de su mano y convirtió un gol.

Finalmente, Bradley Lowery murió y Jermain Defoe perdió a uno de sus mejores amigos. Sin embargo, su emocionante historia será recordada por siempre.

Un vínculo de amor puro.

Jermain Defoe en enero de 2015, fichó por el Sunderland, club que peleaba una vez más por no perder la categoría.  Su experiencia y liderazgo lo colocaron en un lugar de privilegio dentro de la plantilla, además de ganarse el cariño de los aficionados, entre ellos, de Bradley Lowery. Este niño víctima de un neuroblastoma –un tipo de cáncer que afecta con mayor frecuencia a bebés y niños pequeños-, hacía de mascota de los jugadores en los partidos disputados en el Stadium of Lights. En un duelo ante Everton en septiembre de 2016, tomó por primera vez la mano de Jermain Defoe. Paulatinamente, se transformarían en una pareja inseparable.
El pequeño fue diagnosticado con cáncer cuando solo tenía 18 meses. Era un tumor grande que estaba ejerciendo presión sobre algunos de sus principales órganos y arterias. Después de una cirugía mayor y altas dosis de quimioterapia, había comenzado a mejorar. En ese encuentro ante Everton se habían recaudado más de 700.000 libras (900.000 dólares) para el tratamiento de su enfermedad en Estados Unidos. Sin embargo, tristemente, el cáncer volvió en julio de 2016 y en diciembre su familia fue informada de que era terminal. Ya no había tratamiento capaz de curarlo. Los médicos confirmaron que se había encontrado un nuevo tumor en su cuello y que "se estaba propagando a un ritmo rápido".

Al conocer el diagnóstico, Jermain Defoe empezó a interesarse aún más por el chico. Se convirtió en su mejor amigo. Lograron una conexión especial. El pequeño hincha del Sunderland lo veía como un ídolo y su amistad empezó a trascender las fronteras del campo de juego: siempre que podía, el veterano delantero iba a visitarlo e intentaba pasar tiempo con él. El vínculo especial entre Defoe y Lowery poco a poco se convirtió en inquebrantable.
Para el día en el que Bradley cumplió seis años, Defoe le dedicó un emotivo mensaje en las redes sociales y acudió como invitado sorpresa a su fiesta de cumpleaños. Compartieron muchos momentos dentro y fuera del campo de juego, por eso el futbolista lo eligió especialmente como acompañante para su regreso a la selección nacional.


Los últimos días de Bradley Lowery

Jermaine Defoe dejó de ser jugador del Sunderland, pero eso no rompió su compromiso con Bradley Lowery. Siguió frecuentando a su pequeño amigo en sus últimos días de vida. Un día antes de la muerte de Bradley, Defoe fue presentado como nuevo jugador del Bournemouth. Los periodistas le preguntaron por la salud del jovencito y no pudo reprimir sus lágrimas. Defoe sabía que el final estaba cerca, pero se mostró muy seguro de que jamás olvidará su amistad. Poco después, el pequeño fanático del Sunderland falleció. Había empeorado notablemente en la última semana. Sin duda esta ha sido la amistad más sincera que jamás ha existido en la historia del fútbol y ha supuesto una lección de humanidad para todo el mundo.

Jermain defoe y Bradley Lowery, como el fútbol, pese a ser mucho menos valioso que la vida, trasciende muchas veces por encima de esta. Señores, el fútbol y la vida.

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